Siete años de prisión para una terrorista de los GRAPO por volar un confesionario del Valle de los Caídos
Miércoles, 8 de junio de 2005
La Audiencia Nacional condenó ayer a siete años de prisión a una terrorista de los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO) por volar en abril de 1999 con un artefacto explosivo casero un confesionario de la basílica del Valle de los Caídos, la iglesia en la que están enterrados Francisco Franco y José Antonio Primo de Rivera.
La Sala de lo Penal considera que Mónica Refojos, militante de los GRAPO desde 1998, facilitó a la dirección de la banda la información detallada e imprescindible para que uno de sus comandos colocase el artefacto explosivo en la basílica, programado para estallar sobre las cuatro y media de la madruga, cuando no había personas en la iglesia ni en las proximidades.
La sentencia indica que el informe facilitado por Refojos, que elaboró tras visitar el lugar en repetidas ocasiones, recomendaba colocar la bomba, compuesta por entre dos y tres kilos de cloratita, sobre las ocho menos cuarto de la tarde, pocos minutos antes del cierre, en el segundo confesionario de la pared este del lado derecho del crucero de la basílica.
El tribunal considera que, aunque no está probado que la terrorista participó en la colocación de la bomba, sí que hay pruebas, entre otras una carta, que la coloca como cooperadora necesaria en un delito de estragos terroristas grave, dados los daños materiales que provocó la explosión en la iglesia. De hecho, Refojos deberá indemnizar al Estado, propietario del complejo, con 724.502 euros por los daños causados.