Miércoles, 1 de junio de 2005
Los GRAPO extorsionan a empresarios de Asturias mediante « el impuesto exprés »
Industriales y profesionales asturianos han denunciado que fueron retenidos durante horas por miembros de la banda hasta entregar el dinero exigido La Policía detiene en Gerona a Garaboa Bonillo, miembro « relevante » del grupo
D. MARTÍNEZ / J. PAGOLA/MADRID
Los GRAPO extorsionan a empresarios de Asturias mediante « el impuesto exprés »
La banda terrorista GRAPO ha puesto en marcha una campaña de extorsión de la que están siendo objetivo empresarios y profesionales de Asturias. El procedimiento utilizado por los criminales es el conocido « impuesto exprés », consistente en retener durante horas a la víctima hasta que haga entrega de la cantidad exigida.
Fuentes de la lucha antiterrorista atribuyen estos actos de extorsión a un « comando » que estaría integrado al menos por tres individuos, aunque al mismo tiempo consideran que, pese a estas actividades, no se puede hablar de un « renacimiento » de los GRAPO, sino más bien de un grupo « residual ». Lo cierto es que en los últimos meses, varios empresarios y profesionales de Asturias han denunciado ante las Fuerzas de Seguridad haber recibido en sus centros de trabajo « la visita » de unos individuos que, en nombre de los GRAPO, les han exigido determinadas cantidades de dinero. En la mayoría de los casos, los terroristas retuvieron durante horas a sus víctimas hasta tener en sus manos el botín. Se trata del procedimiento « impuesto exprés », un sistema ya utilizado por los miembros de los GRAPO no sólo para financiar sus actividades terroristas, sino también para sufragar su supervivencia en la clandestinidad.
En medios de la lucha terrorista se baraja la posibilidad de que los autores de estos actos de extorsión tengan fijada su residencia en la provincia de León o Galicia, puntos en los que tradicionalmente los GRAPO han contado con infraestructura. No obstante, los investigadores no descartan que los terroristas pudieran contar con apoyos en Asturias vinculados a grupos antiglobalización.
Control policial
La Policía está investigando la posible relación de estos casos de extorsión a empresarios y profesionales con la detención en Port Bou (Gerona) del presunto miembro de los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO) Santiago David Garaboa Bonillo, de origen gallego. Este individuo, de 33 años, está reclamado por el Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional por un delito de asociación ilícita, según informó ayer el Ministerio del Interior.
La captura fue practicada el pasado lunes por agentes de la Comisaría General de Información en un control rutinario realizado en la estación ferroviaria de Port Bou, dentro de la campaña de verano que realiza cada año para prevenir atentados terroristas. En concreto, el terrorista fue detenido sobre las nueve y media de la noche cuando viajaba en un tren procedente de Francia y fue requerida su documentación por los agentes.
El ministro de Interior, José Antonio Alonso, afirmó ayer que la Policía considera a Santiago David Garaboa Bonillo « una persona relevante » en el organigrama de los GRAPO.
El supuesto activista, que en el momento de su detención iba desarmado, se dirigía a Barcelona, aunque se desconoce qué pretendía hacer en la capital catalana. Los agentes esperan encontrar alguna respuesta en la abundante documentación que le fue incautada y que fue remitida de inmediato a la Comisaría General de Información de la Policía en Madrid.
Entre el material intervenido hay diferentes disquetes con consignas ideológicas y que, según las primeras investigaciones, iban a ser distribuidos entre la militancia de los GRAPO para alimentar la « lucha revolucionaria y anticapitalista ». El arrestado también tenía en su poder unos cuatro mil euros en efectivo.
Una banda de trágico recuerdo
Los GRAPO asesinaron a tres agentes policiales en el Principado donde ha desarrollado una importante actividad delictiva con atentados y extorsiones
Asturias fue uno de los lugares donde el Grupo Revolucionario Antifascista Primero de Octubre (GRAPO) ha tenido históricamente una mayor presencia en el territorio español. Tanto grupos itinerantes como importantes miembros de la cúpula principal buscaron refugio en distintos lugares del Principado. Aquí se han registrado diversas actuaciones terroristas que tuvieron su inicio en 1984. Aquel año, colocaron varios artefactos explosivos en distintas oficinas de entidades bancarias, en el Consulado francés ubicado en Gijón o en la sede de la Federación Asturiana de Empresarios (Fade). Tres años más tarde, hirieron de gravedad a un empleado de banca en Oviedo y en 1989 el policía Exticio Blanco Merino falleció tras ser tiroteado cuando realizaba un control rutinario en las proximidades de El Berrón. Esta fue la primera muerte que causó el grupo terrorista aunque, por desgracia, no fue la última.
Doble crimen
El crimen más sangriento de la historia de los GRAPO en territorio asturiano tuvo lugar en 1989. Varios miembros del grupo terrorista irrumpieron en las dependencias de la delegación de Hacienda de Gijón y acribillaron a tiros a dos guardias civiles : Isaac Rodrigo Rasilla y José María Sánchez Melero.
Uno de los agentes recibió varios impactos de bala. No obstante, los terroristas se aseguraron de su muerte al dispararle, cuando yacía en el suelo, un tiro en la cabeza. El segundo agente de la Benemérita no falleció en el acto. El guardia civil salió de las dependencias de Hacienda por su propio pie, tambaleándose por el disparo que había recibido en la cabeza. De forma urgente fue trasladado al hospital de Cabueñes, pero los servicios médicos no pudieron hacer nada por salvar su vida, ya que las lesiones que sufría por efecto de las balas eran mortales.
Poco tiempo después, el 28 de setiembre de 1990, los GRAPO colocaron una bomba en la jefatura local de Tráfico de Gijón que destruyó completamente las dependencias aunque no provocó ningún herido.
La Policía era consciente de que los resquicios del grupo terrorista todavía mantenían vínculos con el Principado. De hecho, en ese periodo fueron desarticulados varios pisos-franco en Gijón, uno de ellos en la avenida de Castilla, donde se encontraron 40 kilos de explosivos. No todas las operaciones policiales fueron fructíferas. Los agentes intentaron capturar a un grupo de miembros que habían intentado extorsionar a un notario que residía también en Gijón.
La repercusión social del grupo terrorista quedó evidenciada durante la década de los ochenta. Entonces, representantes sindicales asturianos, tanto del sector naval como del minero, ya denunciaron la existencia de personas infiltradas del Partido Comunista Reconstituido -ala política del grupo terrorista GRAPO- en las asambleas de los trabajadores.