La Policía Autonómica investiga las cartas-bomba remitidas por grupos de corte anarquista y los atentados con artefactos incendiarios de las últimas semanas
ABC. BARCELONA. Los Mossos, que investigan la autoría de varios envíos de cartas-bomba remitidas por grupos de corte anarquista y algunos atentados con artefactos incendiarios en las últimas semanas, calculan en unos 200 los jóvenes activistas antisistema de carácter violento que viven en Barcelona y su área metropolitana. Fuentes próximas a la investigación explicaron a Efe que, aunque no existe un cómputo exacto, la cifra de los 200 jóvenes, muchos de ellos de ideología anarquista, se desprende de algunos de los actos convocados recientemente en Barcelona por este colectivo.
La Policía Autonómica ha constatado que algunos de estos activistas violentos se mezclan con jóvenes que viven en casas ocupadas, pero que otros llevan una vida aparentemente más normal en el domicilio familiar. « En ningún caso todos los okupas son violentos, ni todas las personas que se consideran antisistema son anarquistas violentos, es perfectamente legítimo sentirse antisistema, lo que no implica que se tenga que actuar al margen de la ley provocando disturbios o poniendo bombas », señaló uno de los responsables de la investigación.
Los Mossos reconocen que Barcelona ha despertado últimamente el interés de grupos anarquistas de otros países « por su atractivo turístico y quizá porque aquí hay más dificultades legislativas para desalojar casas ocupadas », aunque no hay sospechas de que se esté produciendo un éxodo de anarquistas procedentes de otros países de Europa.
Cadena de atentados
Barcelona sufre desde hace unos meses la actividad violenta de estos grupos supuestamente anarquistas. El atentado más grave fue cometido el 12 de julio del año pasado, cuando un agente de los Tedax de la Policía Nacional resultó herido leve y un perro policía adiestrado murió al explotar a las puertas del Instituto Italiano de Cultura de Barcelona una « cafetera-bomba » colocada, según la principal hipótesis policial, por un grupo de apoyo al movimiento anarquista italiano.
El pasado 13 de abril, un grupo autodenominado « Las Brigadas de la Cólera » reivindicó el envío de una carta bomba dirigida a un juez de Barcelona y que fue desactivada por los Mossos d’Esquadra en una oficina de correos de la ciudad. Las mismas anónimas « Brigadas de la Cólera » reivindicaron también el envío de otros dos paquetes bomba desactivados igualmente por la Policía Autonómica el pasado mes de marzo y que iban dirigidos a la Subdirección General de la Policía Autonómica y al Centro de Iniciativas para la Reinserción (CIRE).
Los Mossos investigan en entornos anarquistas el envío de estos paquetes bomba de elaboración casera y compuestos de una pequeña cantidad de explosivo, unos cables y una pila, que hasta ahora siempre han despertado las sospechas de los funcionarios de Correos. En los tres casos, la Policía Autonómica mantiene como principal hipótesis del envío de los paquetes bomba que se trata de grupos antisistema de tendencia anarquista, y podrían tener relación con la detención el pasado mes de febrero de dos jóvenes en Barcelona acusados de lanzar a finales del año pasado cócteles molotov contra un cajero automático y contra el Centro de Iniciativas para la Reinserción (CIRE).
Detenciones
Precisamente, en la madrugada del 28 de febrero, los Mossos d’Esquadra y la Guardia Urbana detuvieron a tres jóvenes acusados de la quema de 25 contenedores, una moto, un coche y la puerta de una academia de idiomas en diferentes puntos de la ciudad de Barcelona en una acción planificada y orquestada, según la Policía, por grupos de jóvenes antisistema.
Pero la presencia de jóvenes violentos de movimientos antisistema no es nueva en Barcelona, ya que el 16 de septiembre de 2003 la Guardia Civil detuvo a seis jóvenes anarquistas relacionados con colectivos de apoyo a presos de la misma ideología. Según la Guardia Civil, los jóvenes pertenecían supuestamente a una célula anarquista especializada en acciones de terrorismo callejero, a la que se le atribuyó una campaña de atentados urbanos en Barcelona y el envío de un libro-bomba a la embajada de Grecia en Madrid.