Este texto nos lo mandó el compañero Joaquín para su difusión CNA-Madrid. ¡Salud a todxs !
Cuando se vive en un mundo-cárcel denunciar la cárcel y luchar contra ella va más allá de una protesta superficial asumible por cualquiera de esas ONGs que, hibridadas al dominio, posibilitan la existencia de la represión instrumental de clase extendiendo la cárcel en el corazón del tejido social. Es absurdo pedir reformas de las cárceles, mejoras de sus condiciones de vida, o revisiones y aplicación de las leyes : solo es deseable su eliminación.
Los poderosos y los grandes mangantes del mundo siempre han utilizado el sistema represivo y las cárceles para sostener su situación de privilegio, eso lo sabemos todos. Pero hoy, cuando el dominio ha extendido su control a todos los rincones de lo social, la cárcel nos sale al encuentro de sus muros para que estemos presos. Que nadie se engañe ingenuamente. La sociedad-cárcel nos tiene atrapados a todos y nadie es libre, tan solo conocemos la apariencia espectacular de la libertad que se nos vende como mercancía a un precio muy alto, que no es otro que el de la renuncia voluntaria a la misma libertad.
Este precio se paga sumísamente por todos tolerando unas fuerzas represivas que son las responsables directas y reales de eso que eufemísticamente se conoce como inseguridad. ¿Quién se siente seguro si por la noche seguratas acechan en una estación de metro ? Los pobres, marginados, inmigrantes y excluidos en general NO, desde luego. Se paga el precio con el silencio ante la prevaricación constante de los tribunales y la pobreza haciendo que desfavorecidos y rebeldes se pudran en las cárceles y se les trate bestialmente en auténticos campos de exterminio, pero que jamás actuarán contra esos criminales y mandantes que son los responsables del peor delito : el de lesa Humanidad. Sirva como ejemplo la farsa celebrada recientemente en el presunto juicio al banquero y chupa-sangres Emilio Botín, o la connivencia del juez con los fascistas que asesinaron a Roger durante las fiestas del barrio de Gracia de Barcelona del año 2004.
Se paga igualmente el precio admitiendo con resignación que nos graben miles de cámaras de video-vigilancia, el agobiante acoso de mercenarios de seguridad privada en todos los lugares por donde nos movemos, la intervención de llamadas telefónicas y comunicaciones por el sistema de espionaje ECHELON, o que nos fotografíen a discreción por el c-41. ¡Todo es asumible en nombre del mito de la seguridad !
La pregunta debería surgir sola : ¿QUÉ SEGURIDAD ? Porque cuando se nos vende ese producto abstracto que el aparato de marketing del dominio quiere convertir en una necesidad, lo que en realidad se está colocando hasta en las mentes de las personas es la cadena que nos ata a todos los explotados a una esclavitud más salvaje. Tampoco permitamos que nos engañen con esto, el capitalismo bueno no existe y tan solo es otro mito en el que cambian sus formas y métodos por conveniencia, pero jamás su crueldad intrínseca. Así mantener su insultante status aunque las condiciones de producción y el mercado neo-liberal les exijan una explotación cada vez más brutal de la población y la misma destrucción del planeta. Esa es su seguridad : la de continuar explotándonos.
Mientras esto sucede de una forma muy real, quienes se quieren suponer libres, sumidos en un estado entre la perplejidad y la idiocia mientras contribuyen por activa o por pasiva a la existencia de la esclavitud, aún piensan ingenuamente serlo cuando los mas-mierda nos venden la idea de lo afortunados que somos porque cerca de nosotros no existen un Guantánamo o un Irak con sus prisioneros torturados y asesinados. ¡Mentira ! Guantánamo está también aquí, lo tenemos a la vuelta de la esquina y no solo tras esos muros que se levantan discretamente y alejados de las ciudades para que la gente no pueda ver los tormentos que se infringen tras ellos. Guantánamo está también presente hasta en las cosas más cotidianas de la vida y en las mentes, recordándonos constantemente que existe una celda y muchos verdugos para quienes se atrevan a cuestionar que se les amarre con cadenas y se les exprima hasta la última gota de su sudor. Podrá no verse, e incluso habrá quien o quiera verlo, pero es algo muy real. Cuando el sentido de la existencia es la explotación y la cárcel el instrumento que los opresores usan para posibilitarla, por dignidad solo cabe una exigencia :
DEMOLICIÓN DE TODAS LAS CÁRCELES, DEROGACIÓN DE TODAS LAS LEYES, DISOLUCIÓN DE TODOS LOS TRIBUNALES Y CUERPOS REPRESIVOS. POR LA VIDA, HASTA EL FIN DE LA OPRESIÓN, HASTA EL FIN DE LA EXPLOTACIÓN, HASTA QUE TODXS SEAMOS LIBRES !! Es decir, ¡¡ANARQUÍA !!
Navalkatraz 19-02-05
LA CÁRCEL NO ES NINGUNA SOLUCIÓN, ES PARTE DEL PROBLEMA.